Las canciones que acompañan las películas tienen seguramente como premisa indispensable, ser capaces de dejar tal impronta en el público que otorgue la posibilidad suficiente de vender la peli, atraiga espectadores, abulte los ingresos de quienes hicieron el film, recupere inversiones, etc, etc. Y lo logran. Vaya si lo logran.
Cada una de las canciones (baladas por lo general) que acompañan tan eficientemente las escenas de las animaciones y que son vendidas al público interpretadas por grandes y taquilleros cantantes (Elton John, Mariah Carey, Witney Huston, Michael Bolton, Phil Collins, etc. y sus equivalentes latinos como por ejemplo Ricardo Montaner, Luis Miguel, Thalia, etc) son dedicadamente seleccionadas. Algunas, escritas a tal efecto, otras son éxitos que se reflotan y se traen a la memoria del espectador a sabiendas del impacto que causarán. Pero suele ocurrir que los soundtracks o bandas sonoras pocas veces incluyen las versiones interpretadas por famosos cantantes: las cantan perfectos desconocidos por lo general a pesar de haberse publicitado las otras versiones. En fin, cuestiones de costo-beneficio...
Películas tan bellas como El Rey León, Mulán, Anastasia, Tarzán, La bella y la bestia, Aladdín, La Tierra antes del tiempo (En busca del Valle Encantado), Faivel (un cuento americano), El Jorobado de Notre Dame, Hércules, Pocahontas, Príncipe de Egipto, La Princesa Cisne, etc., nos han roto el corazón al son de baladas lacerantes, oportunas, bellas, excelentemente interpretadas, con ritmos y letras efectistas que hicieron su trabajo: quedaron grabadas para la eternidad en nuestro inconciente. Cada vez que las escuches recordarás inevitablemente cientos de bellas imágenes que explotarán en tu interior hasta hacerte emocionar.
Cada una de las canciones (baladas por lo general) que acompañan tan eficientemente las escenas de las animaciones y que son vendidas al público interpretadas por grandes y taquilleros cantantes (Elton John, Mariah Carey, Witney Huston, Michael Bolton, Phil Collins, etc. y sus equivalentes latinos como por ejemplo Ricardo Montaner, Luis Miguel, Thalia, etc) son dedicadamente seleccionadas. Algunas, escritas a tal efecto, otras son éxitos que se reflotan y se traen a la memoria del espectador a sabiendas del impacto que causarán. Pero suele ocurrir que los soundtracks o bandas sonoras pocas veces incluyen las versiones interpretadas por famosos cantantes: las cantan perfectos desconocidos por lo general a pesar de haberse publicitado las otras versiones. En fin, cuestiones de costo-beneficio...
Películas tan bellas como El Rey León, Mulán, Anastasia, Tarzán, La bella y la bestia, Aladdín, La Tierra antes del tiempo (En busca del Valle Encantado), Faivel (un cuento americano), El Jorobado de Notre Dame, Hércules, Pocahontas, Príncipe de Egipto, La Princesa Cisne, etc., nos han roto el corazón al son de baladas lacerantes, oportunas, bellas, excelentemente interpretadas, con ritmos y letras efectistas que hicieron su trabajo: quedaron grabadas para la eternidad en nuestro inconciente. Cada vez que las escuches recordarás inevitablemente cientos de bellas imágenes que explotarán en tu interior hasta hacerte emocionar.
Etiquetas: baladas, películas animadas, Soundtrack