domingo, 26 de abril de 2009

The Clarke Duke Project - Sweet Baby - One Hit Wonder #2



En la industria musical, un one-hit wonder (en español: maravilla de un éxito) es un artista que generalmente es conocido por un sólo sencillo exitoso.
Ya que los one-hit wonder son populares durante un periodo corto, sus éxitos suelen tener gran valor nostálgico, y suelen aparecer en recopilaciones de épocas y en bandas sonoras.
Los one-hit wonder son comunes en cualquier época de la música pop, pero son más comunes de dentro de periodos de géneros musicales que no duran más que unos pocos años, como el disco y new wave.
A pesar de que el término se usa a veces de forma despectiva, los fanáticos suelen tener gran pasión por estas canciones memorables y los artistas que los crearon. Algunos de estos artistas han adoptado a estos seguidores abiertamente, mientras que otros se distancian de su tema de éxito intentando realizar canciones de éxito con sonido diferente; o inician carrera como escritores (como Linda Perry de 4 Non Blondes) o productores discográficos (como Gerardo).

Stanley Clarke apareció en escena siendo muy joven en 1971. Procedente de la Escuela de Música de Filadelfia, el bajista llegó a Nueva York y de inmediato empezó a colaborar con las bandas de grandes músicos como, Horace Silver, Stan Getz, y en aquel entonces, con el prometedor compositor Chick Corea, con quien posteriormente grabó ocho álbumes.
Por su parte, el californiano George Duke desde los cuatro años quedó embelezado con el talento de Duke Ellington, y empezó a estudiar piano a los siete, absorbiendo las raíces de la música negra en una iglesia de su comunidad. A principios de los sesenta, estudió en el Conservatorio de Música de San Francisco donde aprendió composición y ejecución de trombón y contrabajo. Su talento, lo ha llevado compartir escenarios a lo largo de su carrera, con grandes figuras como Dizzy Gillespie, Al Jarreau, Frank Zappa, Quincy Jones, y con el grupo de Julian “Cannonball” Adderly, donde conoció a Stanley Clarke.
Así pues, el alma de estos dos músicos de corazón que en 1981, lanzaron su primera producción como Clarke Duke Project, titulada Sweet Baby –misma que, en aquel entonces, no tendría la aprobación de su disquera, por considerarla una visión “too white” (muy blanca) para su imagen, pero finalmente les valdría una nominación al Grammy y dos discos más en el 83 y en el 90-, se estrenan en el Metropólitan en un cálido concierto, donde el bajo de Stanley Clarke y el piano de George Duke emanan la sensibilidad de dos almas emergentes del jazz que acompasan sus notas en una mezcla, particular de ellos, que surge del jazz fusionada con otros estilos, especialmente rock, funk y músicas étnicas que nos remontan al origen de un híbrido surgido del sentir africano.
Fuente: Interescena y Wikipedia

2 comentarios:

Alfonso Z M dijo...

No los conocía, y tras escucharlos dos veces (con inmerecida prisa el día que publicaste el post y hoy detenidamente) ya los atesoró como un buen descubrimiento.
Máxime leyendo que se han codeado en los escenarios con algunos de mis ídolos musicales.
Gracias "hit wonder Heaven".

Heaven dijo...

Qué bueno Alfonso, siempre que haya cosas por descubrir estaremos vivos!!
Besos miles y gracias por tu presencia continua en mi blog!